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Hay vidas que no buscan ser contadas, pero cuyo resplandor atraviesa el olvido. La del padre Nacho es una de ellas: un sacerdote español que, después de renunciar a todo, se entregó sin reservas a los más pobres de Venezuela. Su historia, tejida de fe, coraje y ternura, demuestra que la santidad no solo brilla en los altares, sino también en los caminos polvorientos donde el amor se hace servicio. LA HISTORIA REAL DE UN SACERDOTE QUE RENUNCIÓ A TODO POR AMOR A LOS POBRES Y HALLÓ EN ELLOS LA VERDADERA ALEGRÍA. En un tiempo en que muchos dudan de la vocación sacerdotal, Julián Villanueva, sobrino del protagonista, rescata la figura de su tío para recordarnos que la verdadera grandeza se mide en silencios, no en titulares. Con sensibilidad y hondura, el autor reconstruye la vida de un hombre que dejó atrás su comodidad y sus afectos para abrazar a los marginados del Llano venezolano: niños abandonados, familias rotas, almas heridas. Allí, entre la miseria y el abandono, su sotana blanca se convirtió en bandera de esperanza. Más que una biografía, este libro es una oración narrada, una invitación a mirar la vocación como respuesta de amor radical. A través de testimonios, cartas y recuerdos familiares, Villanueva revela el alma de un hombre común que alcanzó lo extraordinario. Su legado, casi anónimo, sigue vivo en quienes lo conocieron y en quienes, al leer estas páginas, descubren que la felicidad es posible, incluso en la pobreza y en el anonimato. Porque el padre Nacho no buscó reconocimiento ni fama: solo quiso servir. Y al hacerlo, nos dejó el testimonio más luminoso de todos —que la alegría verdadera nace del sacrificio y del amor sin medida.
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