En términos bíblicos, Babilonia tiene un significado tanto literal como simbólico. En un sentido literal, Babilonia era una antigua ciudad ubicada cerca del río Éufrates en Mesopotamia, conocida actualmente como Iraq. Simbólicamente, Babilonia se usa en la Biblia para referirse a la idolatría, la inmoralidad y la oposición humana a Dios. Específicamente, en el libro de Apocalipsis, Babilonia se trata como una metáfora de las fuerzas humanas corruptas y anti-Dios que se oponen al reinado del Mesías. La obra no pretende ser una recopilación exhaustiva de las diversas interpretaciones sobre el Apocalipsis, sino una serie de reflexiones adicionales destinadas a los que tienen conocimientos sobre este texto bíblico. Aunque Apocalipsis , puede ser beneficiosa también a lectores que se aproximan por primera vez al texto de San Juan. En este libro, busca interpretar los símbolos del Apocalipsis y desentrañar sus detalles, pero en su mayor aporte es la síntesis que ofrece del texto, intentando comprenderlo como una unidad completa. Al abordar esta obra profética, el autor es consciente de la responsabilidad que implica interpretar un texto que trata del fin del mundo. El padre Fortea, destaca que el Apocalipsis no trata sobre un imperio o dinastía en particular, sino sobre el destino final del mundo. No habla de un fin parcial, sino del Final absoluto que concluye todo lo existente. Para el autor, este es el texto épico, por excelencia, el que cierra y culmina la Biblia entera, conectando simbólicamente con el Génesis. Usa la imagen de los ríos del Edén en el Génesis, que, tras muchas ramificaciones, desembocan en el río de la Nueva Jerusalén, simbolizando el flujo de toda la Escritura hacia el Apocalipsis. En opinión del autor, el Apocalipsis es la obra literaria más hermosa de la Sagrada Escritura, comparable solo, en términos de belleza literaria, al Eclesiastés en el Antiguo Testamento. Para él, el Apocalipsis es la conclusión perfecta de la Biblia, una pieza insuperable que sella la Palabra de Dios.
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