Cómo Sánchez destruye España no es un eslogan ni una exageración editorial: es un diagnóstico político y social de un fenómeno que el autor define como el virus del sanchismo . En estas páginas se analiza cómo Pedro Sánchez, lejos de ser un líder aislado, se ha convertido en el catalizador de un mal que trasciende al propio socialismo. El libro explica que el sanchismo no se limita a una suma de ideologías o pactos oportunistas: es una patología política, una maquinaria que degrada instituciones, corroe la convivencia y convierte la picaresca en forma de gobierno. Miquel Giménez recurre a su experiencia periodística para trazar un paralelismo inquietante: la coalición que sustenta hoy al presidente se asemeja de forma casi calcada al Frente Popular de 1936. Revanchismo, oportunismo, mediocridad y sectarismo se repiten como patrones de un proyecto que, según sostiene, no busca gobernar un país de ciudadanos libres, sino someterlo y fragmentarlo hasta dejarlo inerme. Con el estilo incisivo propio de Miquel Giménez, directo y documentado, pone el foco en cómo Sánchez explota las debilidades históricas de España: el complejo de inferioridad nacional, la tolerancia social hacia la corrupción, la resignación pasiva de una mayoría silenciosa y la simpatía por el pícaro frente al honrado. Estos rasgos, combinados con la ambición personal del presidente, han permitido que un gobierno se erija sobre la mentira, la manipulación y el desprecio a la verdad. EL SANCHISMO ES LA MAQUINARIA CON LA QUE SE MANIPULAN INSTITUCIONES, MEMORIA Y FUTURO PARA MANTENER A ESPAÑA DIVIDIDA Y DEBILITADA. El libro no solo denuncia, sino que invita a reflexionar: ¿cómo ha sido posible llegar hasta aquí? ¿Qué responsabilidad tiene la sociedad? Y, sobre todo, ¿qué precio tendrá que pagar España si no se reacciona? Con tono de crónica y análisis, Cómo Sánchez destruye España es una advertencia y, al mismo tiempo, un alegato de memoria frente a la desmemoria. Una llamada de atención a los ciudadanos que no quieren ver cómo su país se desmorona ante sus propios ojos.
|