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Tras perder a sus padres en un accidente de aviación a los cuatro años de
edad, Alda San Facundo se traslada con Madmua, la persona que la ha
criado y a la que considera su madre, a la fi nca de sus abuelos, lugar en
el que habita la magia y rige la armonía de la naturaleza, y que marcará
de manera indeleble su existencia. En Madrid, donde acudirá más tarde
a estudiar medicina, conoce a Casilda Alcaiz, que ha tenido una vida en
muchos aspectos similar a la suya. Su extremada afi nidad hará que lo
compartan todo y que suscriban un pacto: el que las comprometerá a
que la primera que muera comunique a la otra si hay vida después de la
muerte.
La música es un personaje más en esta novela de emociones y sentimientos
inefables, donde se concitan el amor, la amistad y una ética que
no admite el sufrimiento. Los protagonistas de esta novela singular se
desenvuelven en ambientes de lujo y ostentación, pero el sendero interior
que transitan es abrupto. La difi cultad de ese recorrido iluminará, a la
postre, el signo del infi nito.
A los cuatro años Pilar Sahagún dijo a su padre que queria ser escribidora, como El Quijote; aún no conocía la existencia de Cervantes, solo
sabía que su madre tenía un libro que llamaba así, del que le leía frases cuando le preguntaba por qué se reía. Desde entonces su forma natural
de expresarse fue escribir. Mantuvo esa vocación inquebrantable en la intimidad hasta que la necesidad de contar a los demás lo que había
descubierto en una vida que no era lo que parecía y desembocaba en algo que el mundo llamaba muerte, pero era un despertar, la desbordó. Tras
cursar estudios de Derecho y Arte, su primera novela, Las siete miradas, vio la luz en 2007. Cuentos para despertar contaba experiencias personales
que la lógica no podía explicar, pero ella lo hacía desde esa fi na línea que separa lo invisible de la materia. El signo del infi nito, sinfonía entre
dos mundos, nace en esa zona fronteriza donde todo es posible y que el hombre conquistará algún día.
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