Al ser humano le cuesta reconocer su grandeza. Prisionero del cuerpo, olvida que es espíritu. Inmerso en la materia, no le es
fácil acceder a los estados alterados de conciencia, que los místicos han descrito a lo largo del tiempo pero son más comunes
entre nosotros de lo que pensamos.
Las historias reales que recoge este libro tienen en común el prodigio. Narran situaciones anómalas, sorprendentes, para las que
no encontramos explicación lógica desde los parámetros de nuestro universo racional. Tal vez porque aluden a eso que las
religiones han dado en denominar Dios.
«El lector, lo reconozca o no, encontrará hondas similitudes con acontecimientos que ha vivido, o con historias que le han
dejado indeleble huella.»
AUTOR
A los cuatro años Pilar Sahagún dijo a su padre que queria ser escribidora, como El Quijote; aún no conocía la existencia de Cervantes, solo sabía
que su madre tenía un libro que llamaba así, del que le leía frases cuando le preguntaba por qué se reía. Desde entonces su forma natural de
expresarse fue escribir. Mantuvo esa vocación inquebrantable en la intimidad hasta que la necesidad de contar a los demás lo que había
descubierto en una vida que no era lo que parecía y desembocaba en algo que el mundo llamaba muerte, pero era un despertar, la desbordó. Tras
cursar estudios de Derecho y Arte, su primera novela, Las siete miradas, vio la luz en 2007. Cuentos para despertar contaba experiencias personales
que la lógica no podía explicar, pero ella lo hacía desde esa fina línea que separa lo invisible de la materia. El signo del infinito, sinfonía entre dos
mundos, nace en esa zona fronteriza donde todo es posible y que el hombre conquistará algún día.
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