¿Quién fue Clotilde Cerdáà, de nombre artístico Esmeralda Cervantes, niña prodigio del arpa que nos legó una docena de composiciones y que recorrió el mundo dando conciertos? Hija ilegítima del célebre urbanista Ildefonso Cerdá y de la pintora Clotilde Bosch, se convirtió en una figura enigmática y apenas recordada, que atravesó fronteras, géneros y dogmas. De la cercanía con la reina Isabel II pasó a dar clases en el harén del sultán de Constantinopla; inspiró al escritor ecuatoriano Juan Montalvo; se convirtió en masona, fundó la Academia para la Ilustración de la Mujer y batalló, con firmeza y convicción, por las libertades y por la dignidad de las mujeres. Las célebres islas del Eixample barcelonés son también la metáfora de otras islas más íntimas: los territorios interiores de una mujer libre, visionaria y poco convencional, cuya existencia se despliega en esta novela como un mapa apasionado.
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