El rol de la mujer supone uno de los grandes desafíos que han de afrontar todas las religiones hoy, incluido el
acceso al sacerdocio, es decir, poder dirigir los cultos. Por ello Yolanda Alba se remonta al pasado más
distante para recordar el papel crucial de las mujeres oficiantes en las religiones antiguas (las sacerdotisas) y
el de otras ministras del culto en las actuales, a la vez que cuestiona la misoginia existente en confesiones que
parecieran no padecerla.
Al igual que otras religiones monoteístas como el judaismo y el islam, algunas ramas del cristianismo
permiten la ordenación de mujeres, y éstas alcanzan incluso altas jerarquías. En los primeros siglos de la
religión cristiana hubo diaconisas, apóstolas y mujeres oficiantes, hasta que la sacralización de lo que la
autora denomina kyriarcado hizo que fueran excluidas del derecho a ser ministras de la iglesia y de impartir
sacramentos, subvirtiendo el mensaje de Yehoshúa el rabino (Jesús el Cristo). El galileo predicaba un cambio
histórico mediante un revolucionario ideal igualitario, señalando la hipocresía de las jerarquías religiosas.
Pero esta larga historia de discriminación de la mujer en la iglesia católica está siendo cuestionada en los
últimos tiempos: en algunos países existen ya mujeres ordenadas sacerdotes, o sacerdotas, como muchas
quieren denominarse más allá de la idoneidad del término no sexista que levanta interesantes discusiones.
Aquí están sus voces. Más allá de la etimología transgresora, la ordenación de las mujeres es un tema muy
polémico debatido hoy en el seno de la institución, desde la teología hasta algunas instancias vaticanas.
¿ Sacerdotas ? Definitivamente sí. O mujeres curas, o presbíteras Y por ende, reverendas y obispas,
arzobispas, mujeres cardenales y mujeres papas, y también popes, rabinas, imanas, mulás, dalai-lamas...
AUTOR
Nació en Bergidum Flavium-Cacabelos pero ha vivido en Gales, Centroamérica, New Orleans, Barcelona, Madrid y París. Comenzó en el diario Pueblo y desde entonces ha ejercido el periodismo en múltiples medios escritos y audiovisuales (El País, Ecología Internacional, Tiempo, COPE, Metaphore, Mujeres en Acción, Factual, Libertad Digital, Safe-Democracy, Infomedio ). Dirigió el mensual internacional El Boletín UNESCO sobre las mujeres del Mediterráneo (francés, español, árabe). En 1998, su relato Nous aurons toujours Pekin obtuvo en Marsella el Prix de Excelence Littéraire UNESCO-FFM . Ha traducido del francés novela y ensayo, y publicado poesía. Conferenciante en múltiples universidades europeas y africanas, fundó el Fórum de Femmes Journalistes de la Méditerranée y es vicepresidenta de la Red Europea de Mujeres Periodistas. Consultora internacional en derechos humanos e investigadora en temas de género, fue directora ejecutiva del comité catalán de ACNUR/UNHCR en 2009. Entre sus ensayos figura Masonas (Almuzara, 2014). En 2017 fue candidata a las TOP 100 mujeres líderes en España en la categoría pensadoras y expertas
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