Malinterpretadas por los griegos, que las llamaron ninfas, estas simpáticas heroínas reaparecen en los teatros isabelinos con su verdadero nombre de hadas, defensoras de la castidad y la magia blanca.
Danzantes infatigables, retornan ahora en este libro - un homenaje a la representación de los grandes ilustradores clásicos de cuentos de hadas-magas, si, y lunares, pero también más naturales y disfrutonas. Conoce mejor su ecosistema y los misterios que aun envuelven su mundo en la colorida espesura de este bosque ilustrado.
«El uso de la línea y el color de Marta, nos conduce a un Universo dónde sus fantásticos y encantadores seres, danzan y conviven en perfecta armonía con la Naturaleza. Es este un cuento onírico y de tintes ecológicos para degustar y disfrutar sin prisa. Para dejarnos llevar por el fluir del lápiz y deteniéndonos en cada uno de los detalles que, con tanto mimo, nos regala la autora.
Enhorabuena y gracias, amiga». ANDRÉS G. LEIVA.
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