Para los poetas chinos de antaño, el vino era tan importante como la tinta o el pincel. La embriaguez que procura permite sintonizar con el curso natural de las cosas, entrar en comunión con las circunstancias, estar en fase con el flujo del instante eternamente presente. El vino introduce al hombre en una sabiduría más allá de toda moral: permite olvidar el pasado y despreciar el futuro para dedicarse por completo al presente, en una maravillosa contemplación del mundo. Siguiendo la línea de El arte de vivir según el Tao y El arte de la siesta, Hervé Collet y Cheng Wing fun han recopilado aquí los textos más embriagadores de esta tradición, desde Tao Yuan-ming, gran poeta y filósofo amante del vino, hasta Lu Yu (1125-1210), «el anciano que solo hace lo que le place», pasando por Li Po, «bebiendo solo bajo la luna».
AUTOR
Hervé Collet y Cheng Wing fun son traductores de poesía china y japonesa. Han publicado a poetas tan diversos como Tu Fu, Han Shan, Wang Wei, Su Tung Po, Ryokan, Santoka, Hosai, etc. en ediciones bilingües y caligráficas que han recibido importantes reconocimientos de los especialistas en orientalismo.
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