Estamos ante un libro escrito a corazón abierto. La vida de Alejandro López Andrada, uno de los mayores poetas actuales en lengua española, y también
sólido novelista, ha sido pródiga en encuentros azarosos y afortunados; en momentos de rara belleza y fulgor y asimismo de honda pesadumbre. Unos y
otros tienen cabida en las páginas de esta obra singular, donde el autor de "La dehesa iluminada" y "Entre zarzas y asfalto" echa la vista atrás para rescatar
su relación con autores renombrados de las últimas décadas como Julio Llamazares, José Hierro, Caballero Bonald o Antonio Colinas; para evocar su
niñez en un ámbito rural, agreste, que habría de marcar de manera decisiva su forma de entender el mundo y su propia obra.
Frente al libro de memorias autocomplaciente y selectivo en el recuerdo, López Andrada brinda a toda suerte de lectores, tanto a los más
conocedores de su trayectoria literaria como a los que aún no lo son, un texto que conmueve por la autenticidad de lo narrado, por la honda cercanía de
su autor, capaz de revelar aquello que tendemos a ocultar incluso a los más próximos. Y todo ello con la maestría de un escritor deslumbrante, que brinda
en cada página imágenes y estampas de indeleble huella y aliento lírico.
"Alejandro López Andrada vuelve en Los árboles que huyeron al manantial de la infancia, donde su literatura se nutre de las aguas más puras".
MANUEL VICENT
"López Andrada evoca las primeras décadas de su vida y, al hacerlo, consigue revivir el pasado por la vía más noble que cabe imaginar: la de la buena
literatura"
IGNACIO MARTÍNEZ DE PISÓN
AUTOR
Alejandro López Andrada (Villanueva del Duque, 1957) comenzó a escribir muy joven y hasta la fecha ha publicado poemarios como El Valle de
los Tristes (1985), La tumba del arco iris (1994), Los pájaros del frío (2000), La tierra en sombra (2008) y Las voces derrotadas (2011), y
recibido premios como el Nacional San Juan de la Cruz, Iberoamericano Rafael Alberti, José Hierro, el Andalucía de la Crítica, el Fray Luis de
León y el Ciudad de Córdoba Ricardo Molina , entre otros. Ha escrito asimismo poesía infantil, tres ensayos narrativos sobre la desaparición del
mundo rural y once novelas, una de las cuales, El libro de las aguas (2007), fue adaptada al cine por Antonio Giménez-Rico. Tras El jardín
vertical (2015) y "Entre zarzas y asfalto" (Berenice, 2016), resulta ganador del Premio Jaén de Novela, uno de los más prestigiosos del país, gracias
a "Los perros de la eternidad". Hijo Predilecto de su localidad natal, en 2007 se dio su nombre a una plaza de la misma ("Plaza de Alejandro López
Andrada"); en ella se encuentra la casa donde nació.
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