Cuatro mujeres y un hombre son los últimos supervivientes del Corpse recycling program ; un proyecto que consiste en reciclar el exceso de calor generado en la cremación. Para ello, se comprometen a trasladarse a un edificio innovador y aislado, que solo puede calentarse con un horno crematorio último modelo, que solo funciona con cadáveres. Con el paso del tiempo, los vecinos han ido falleciendo, solo quedan la Tana, Oliva, María Encina, Sabina y El Hombre Madroño. Necesitan que alguien muera para poder calentarse, pero parecen destinados a vivir en ese frío edificio.
El programa es solo una excusa para diseminar a unos personajes desesperados, que intentan defender lo suyo, mientras aprenden la importancia de los cuidados, el sufrimiento en el abandono y el hecho de que amar mucho no significa amar bien. Gracias a la conexión intelectual entre dos de los personajes, que leen y estudian a las poetas suicidas se abre una ventana hacia un plano mágico y poético que dará a la comunidad un sentimiento de familia y sororidad, en una tragicomedia donde la muerte y el surrealismo están muy presentes.
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