Los mandalas son representaciones simbólicas presentes en la mayoría de las culturas, ya sea
en la naturaleza, en el arte o en el mundo microscópico. Estos mandalas han sido concebidos
para quienes necesitan detenerse, hacer balance y reconciliarse con la vida.
Al margen de que el momento tenga que ver con la creatividad, una crisis, la incertidumbre,
el sufrimiento o una enfermedad, colorear dentro del círculo desde el centro hacia la periferia
proporciona una sensación de paz y seguridad.
Entrar en el círculo del mandala produce un cambio en el nivel vibratorio, une ambos hemisferios
del cerebro y por ello armoniza las dualidades, los contrarios, y permite así alcanzar
la armonía. Colorear los dibujos es una acción de conocimiento personal que proporciona un
marco espaciotemporal propicio para sanar, volver al equilibrio y evolucionar.
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