La historia, la literatura, la filosofía o las artes se han conformado como reflejo de la relación entre cultura y política. Su entramado de alianzas, oposiciones, enamoramientos y apropiaciones han definido, y definen nuestro mundo. Política y la cultura friccionan porque, en sí mismos, son dos poderes, aunque interdependientes, a los que incomoda el sometimiento. En la obra de César Antonio Molina la reflexión sobre la cultura y la política se entrelazan de una forma veraz, como un Odiseo que ha navegado en las dos aguas, y no con la impostura y desconocimiento del que solo ha visto el mundo desde una sola perspectiva. Teniendo como hilo conductor la relación entre el intelectual y el poder, el autor teje en este libro una urdimbre de erudición, sentimiento y sabia clarividencia por el que transitan insurgentes como Aristóteles o Derrida, Dante o Hölderlin, Zambrano y Arendt. Todos ellos vistos por la incisiva y erudita óptica del compañero de armas, del iniciado en los mismos cultos mistéricos de la literatura y el pensamiento.
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