Un tratado sobre el asesinato como un hecho que permite el goce estético, a partir del análisis de crímenes famosos de la historia y el estudio particular de los casos de Williams y M Kean, asesinos múltiples de finales del siglo XVII y principios del XIX. Polémico, profundo y dueño de un conocimiento desbordante, Thomas de Quincey desarrolla en «Del asesinato considerado como una de las bellas artes» uno de los textos más discutidos y perturbadores de la historia del pensamiento universal, y sin dudas el más reconocido de su producción. Admirado por Borges, Baudelaire y Edgar Allan Poe, postula una contradicción entre ética y estética, al proponer que un crimen puede ser estudiado como una obra de arte. Según De Quincey, el asesinato es un arte que ha ido perfeccionándose desde Caín y, como tal, puede ser objeto de un goce estético.
AUTOR
Escritor, crítico y ensayista, fue educado en los mejores colegios y dominó varios idiomas desde muy temprana edad. Su inteligencia desbordada y el carácter polémico de su obra lo convirtieron en un personaje dueño de un prestigio que continúa hasta nuestros días. Publicó numerosos libros a lo largo de su trayectoria; entre ellos, «Confesiones de un inglés fumador de opio» (1821), «Golpeando a las puertas de Macbeth» (1823), «Sobre el suicidio» (1823), «Los últimos días de Inmanuel Kant» (1827), «Del asesinato considerado como una de las bellas artes» (1827), «Klosterheim, o la Máscara» (1832), «Memorias de los poetas de los lagos» (1834-1840), «La rebelión de los Tártatos» (1837), «La lógica de la economía política» (1844), «Suspiria de Profundis» (1845) y «La monja Alférez» (1847). Murió en Edimburgo en 1859.
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