La tendencia dominante a situar la innovación como eje vertebrador de cualquier cambio social, cultural o político está cimentada en una visión enormemente sesgada de la tecnología y de su evolución histórica. El foco prioritario en la innovación invisibiliza aspectos clave de la imbricación social de la tecnología —el uso y los usuarios, el mantenimiento, la reparación, la producción— y oscurece la inmensa relevancia de las tecnologías mundanas y las infraestructuras. La ideología de la innovación propaga una concepción estrecha, determinista y fatalista de la tecnología que, a pesar de su aparente neutralidad y de su ilusorio carácter aséptico, se ha convertido en el último resorte del proyecto neoliberal y del moribundo mantra del crecimiento y el desarrollo. En su nombre se están llevando a cabo profundas transformaciones en ámbitos tan importantes como la educación, en todos sus niveles, la investigación científica y la cultura, en la mayoría de casos con efectos devastadores.
AUTOR
Es catedrático de estudios de ciencia y tecnología en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universitat Oberta de Catalunya. Es doctor en Filosofía por la Universidad de Barcelona y ha sido investigador en la Maastricht University (Países Bajos) y en la Universidad de Salamanca. Es miembro del grupo de investigación MUSSOL sobre filosofía para los retos contemporáneos y del colectivo Espai en Blanc.
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