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28/04/2014
Tan solo treinta años de vida, trece de ellos consagrados a su profesión de matador de toros, bastaron
a Manuel Rodríguez Sánchez, Manolete, para convertirse en uno de los mejores diestros de
la historia, para fijar un antes y un después en el arte del toreo y alcanzar la categoría de mito universal.
Su figura escueta y sobria y su carácter seco y adusto se convirtieron en icono de Córdoba,
aun siendo en vida su ciudad la más crítica con él y con su arte.
Sea como fuere, no cabe entender la vida de Manolete sin Córdoba; entre los principales personajes
con los que desde fuera se relaciona a la ciudad, figurará siempre él. En este libro, junto al
análisis de su vida y drama, y el estudio de personajes como su madre doña Angustias y su novia
Lupe Sino, Juan José Primo Jurado nos describe magistralmente cómo era esa Córdoba que admiró,
criticó y, finalmente, amó sin reservas a Manolete.
La Córdoba de entre 1936 y 1950 sigue a La Córdoba de Julio Romero de Torres, también narrada
por Primo Jurado en un anterior título de Almuzara. Es la Córdoba de la guerra y la posguerra,
con sus tragedias y miserias, del nacionalcatolicismo y la interminable sucesión de alcaldes
y gobernadores civiles, pero también de unos cordobeses que luchaban por salir adelante
tras apagarse los rescoldos del enfrentamiento entre hermanos. Es la Córdoba del resurgir de
la Semana Santa con diez nuevas hermandades, de las tardes del coso de los Tejares, de las noches
en los cines de verano, de las carreras de motos en el Paseo de la Victoria y los primeros
partidos en el estadio del Arcángel. Del ambiente mundano de la calle de la Plata y el postureo
en el Bar Dunia. De hechos espeluznantes como el crimen de la calle San Pablo, o simpáticos
como la visita del doctor Fleming. Y de grandes historias como las de la Librería Luque, la obra
social del obispo fray Albino o el surgimiento de Cántico.
Juan José Primo Jurado, que tiene en su haber obras tan conocidas como La Córdoba de Julio
Romero, Paseando por Córdoba, Teoría del séneca cordobés, Córdoba ciudad eterna o Iglesias de Córdoba,
da con este libro un paso más en su análisis histórico y sociológico de la ciudad, retratando ahora
con maestría a su mayor símbolo, Manolete, y la etapa más difícil de su historia. Una Córdoba
de patio regado, pijama y mecedora, continuamente el ojo en el tragaluz que acecha y la mirada
tras la persiana. Quizás, en el fondo, no tan distinta de la de tiempos más recientes.
Doctor en Historia, licenciado en Filosofía y Letras y diplomado en Magisterio. Subdelegado del Gobierno de España en Córdoba, dirigió anteriormente la concejalía de
Patrimonio y Casco Histórico de la ciudad. Durante una década fue director del Archivo Histórico del Palacio de Viana, donde catalogó su valioso fondo documental.
Ha sido profesor de Historia Contemporánea en la Universidad Rey Juan Carlos y ha ejercido la enseñanza en diferentes colegios e institutos. Su faceta más conocida,
además de las de escritor — Juan Jurado Ruiz, una vida para la Iglesia de Córdoba (1999), La educación marista en Córdoba (2003), Paseando por Córdoba (Almuzara, 2004,
2009), Teoría del séneca cordobés (Almuzara, 2005, 2008), Antonio Cruz Conde y Córdoba: memoria de una gestión pública (Ayuntamiento de Córdoba, 2005), Córdoba, ciudad
eterna (Almuzara, 2007), Memoria histórica y vida de la nobleza a través del Archivo de Viana (2009), Reyes y cortesanos. La Monarquía Alfonsina y los Marqueses de Viana (2009), La
Córdoba de Julio Romero (Almuzara, 2010), Iglesias de Córdoba (Almuzara, 2011), o Córdoba, paisajes y personajes (Almuzara, 2012)— y guionista —la serie Historia de Córdoba
(ABC, 2007)— es la de analista en la prensa local, iniciada en Córdoba y continuada desde 2001 hasta 2011 en ABC; en cuyas páginas de opinión ha publicado más de
mil artículos. Es miembro de la Real Academia de Córdoba y Cruz al Mérito Militar por su labor como comisario en la magna exposición sobre El Gran Capitán (2003).
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