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El medievalista y folclorista victoriano, Montague Rhodes James, está considerado el gran padre de la
literatura de fantasmas y es el autor de los mejores clásicos del género.
M. R. James concibió la trama de Los cinco frascos en 1916, y decidió escribirla como regalo para su pupila
Jane MacBryde , que entonces contaba doce años de edad; se trata de una fantasía para niños en la estela
de obras maestras del mismo género como Fantasías (1858) de George MacDonald, o Alicia en el País de
las maravillas (1865) de Lewis Carroll. La novela, aun respetando los límites de la narrativa juvenil, incluye
abracadabrantes pasajes que en su momento causaron cierto estupor pero que no serán problema alguno
para los niños y jóvenes de hoy en día.
El propio narrador/autor es el personaje central de esta historia de fantasmas escrita para niños y jóvenes,
pero lo suficientemente emocionante para lectores adultos. Los cinco frascos de los que nos habala la
novela contienen ungüentos mágicos que le dan el narrador poderes especiales en principio benéficos, por
ejemplo para interactuar con animales. Diversas criaturas del mal intentan impedirle el uso de estos poderes
y serán capaces de asumir apariencias en principio normales y amistosas hasta protagonizar escalofriantes y
magistrales escenas como el ataque de la bola de murciélagos , o las asechanzas de las columnas de niebla y
de varios buhoneros fantasmales, y las divertidísimas divagaciones del gato.
Incluimos como apéndice el relato, El campo de juegos después de anochecido , que según todos los
especialistas en M. R. James, debe ser leído como una especie de complemento a Los cinco frascos .
«Tengo entendido que mis historias de fantasmas les han producido a mis lectores algún
tipo de placer; si es así, mi objetivo al escribirlas se ha visto cumplido»
Montague Rhodes James nació en Goodnestone (distrito de Dover en Kent, Inglaterra) el 1 de agosto de 1862.
Obtuvo una doble mención honorífica en estudios clásicos en la universidad de Cambridge, ocupando luego
en su escalafón los cargos de vicedecano, decano, vicerrector y, durante quince años, director del museo
Fitzwilliam; en 1918 fue nombrado preboste del Colegio Eton. En 1930 el rey Jorge V le concedió la Orden del
Mérito.
El fruto de su labor académica es ingente: catalogó muchas de las colecciones de manuscritos antiguos de los
colegios de Cambridge, fue colaborador de la Encyclopaedia Biblica y editor del Roxburghe Club. Falleció en
sus aposentos del Colegio Eton la tarde-noche del 12 de junio de 1936 .
Aun sin resistir la comparación con su obra académica, son sus narraciones de fantasmas las que acabaron
por darle la fama que nunca buscó. De ellas dijo en una ocasión: Tengo entendido que a mis lectores les han
producido algún tipo de placer; si es así, mi objetivo al escribirlas se ha visto cumplido .
M. R. James es uno de los iniciadores de esa característica de los eruditos ingleses, de compaginar con
su obra científica la literatura popular. La obra de ficción de M. R. James se recoge en los siguientes
volúmenes: Historias de fantasmas de un anticuario (1904); Más historias de fantasmas de un anticuario
(1911); Un fantasma inconsistente (1919); Los cinco frascos (1922); A warning to the curious and other ghost
stories (1925); y The collected ghost stories (1931).
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