Esta es la historia de una España que pudo haber sido y no fue. ¿La razón? La indecisión de quien tuvo que autorizar que contase con su propia fuerza de disuasión nuclear, con lo que se hubiera ganado el respeto de todos y el temor de algunos, pero sobre todo que hubiera propiciado ulteriores logros científicos y tecnológicos. Y todo ello sucedió cuando ya se había concluido el proyecto y desarrollado algunos de los componentes de una bomba atómica de plutonio.
Guillermo Velarde, autor de esta obra —con la valiosa colaboración de Natividad Carpintero— y director del citado proyecto, llevó a cabo posteriormente un difícil y complejo trabajo de investigación que le permitió en 1966 redescubrir el método Ulam-Teller —base de las verdaderas bombas termonucleares—, gestado en 1952 por Stanislaw Ulam y Edward Teller en los Estados Unidos. En 1954, Andrei Sajarov lo redescubriría en la URSS y, en 1966, Robert Dautray en Francia y P. Huanwu en China lo harían asimismo, con trascendentes consecuencias para sus países. España hubiera sido entonces el quinto país del mundo con capacidad para desarrollar bombas termonucleares. A pesar de todo, Franco decidió posponer indefinidamente el Proyecto. Científica a la vez que autobiográfica, Proyecto Islero es una reveladora obra que aborda la evolución científica en nuestro país durante el pasado siglo, y que narra cómo España pudo llegar a ser una potencia nuclear pero desistió de ello en el último momento, evitando así que nuestro país alcanzara un desarrollo tecnológico que hubiera supuesto un punto de inflexión de magnitudes históricas.
Los secretos del proyecto científico que pudo cambiar la historia reciente de España
AUTOR
General de división del Ejército del Aire y piloto militar, es presidente del Instituto de Fusión Nuclear de la UPM. Ingresó en la Sección de Física Teórica de la Junta de Energía Nuclear, donde permaneció hasta 1981 como director de Tecnología. Estudió energía nuclear en la Universidad de Pennsylvania y en Chicago. En 1963 el Alto Estado Mayor y la Junta de Energía Nuclear españoles le encargaron la dirección técnica del Proyecto Islero para el desarrollo de bombas atómicas. En 1966 analizó el accidente nuclear de Palomares y redescubrió el método Ulam-Teller para la fabricación de las verdaderas bombas termonucleares. En 1973 obtuvo la cátedra de Física Nuclear de la ETS de Ingenieros Industriales de Madrid, y en 1980 le propusieron la creación del Instituto de Fusión Nuclear. Es coeditor de seis libros publicados en el extranjero y autor de Mecánica Cuántica (McGraw-Hill, 2002). En 1997 se le concedió el premio Edward Teller International Award y en 1998 el Archie A. Harms Prize por el desarrollo de sistemas emergentes de energía nuclear.
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