|
La delimitación del avantexto de Del sentimiento trágico de la vida, el ensayo filosófico de Unamuno sin duda más conocido y estudiado, sigue representando una tarea de especial complejidad, a resultas del copioso número de materiales heterogéneos que lo componen. Pese a la notable cantidad de contribuciones críticas, carecíamos hasta la fecha de un análisis puntual y completo de las diferentes etapas de elaboración del texto del rector de Salamanca, a fin de iluminar el intrincado mosaico de sus numerosísimos borradores. Esta edición arroja luz sobre uno de los textos capitales dentro del proceso creativo que culminó en Del sentimiento trágico de la vida: A la juventud hispana, un ensayo sobre el erostratismo y otros temas redactado en 1904 que, filtrado a través del Tratado del amor de Dios, desemboca finalmente en la obra filosófica más representativa del autor vasco.
Por vez primera, se edita aquí el autógrafo de A la juventud hispana según rigurosos criterios filológicos; el texto va acompañado por las notas —inéditas— que Unamuno pensaba interpolar a lo largo de su obra. En el apéndice se reproducen los esquemas y
planes relativos a este proyecto.
AUTOR
Giulia Giorgi enseña Lengua española en la Universidad de Ferrara (Italia). Se ocupa de textos del Siglo de Oro y contemporáneos, desde las laderas ecdótica y lingüístico-literaria. Entre sus publicaciones cabe destacar la edición crítica de la colección de novelas cortas Noches de placer de Alonso de Castillo Solórzano. Miguel de Unamuno (Bilbao, 1864 – Salamanca, 1936) estudió Filosofía y Letras en Madrid y obtuvo la cátedra de Lengua Griega en la Universidad de Salamanca, donde ocupó el cargo
de rector. A finales del siglo XIX, sufrió una crisis personal que reverbera en sus obras de madurez. Figura de la Generación del 98, fue desterrado a Fuerteventura en 1924, a
causa de sus ataques contra Alfonso XIII y Primo de Rivera. A pesar del indulto, se exilió a Francia. Regresaría a España en 1930. A resultas de su enfrentamiento con
Millán-Astray durante la apertura del curso académico de 1936, pasó las últimas semanas de su vida bajo arresto domiciliario. Su producción rompe los rígidos moldes de las
letras españolas de su tiempo. En la narrativa inventó un nuevo género (la «nivola»). Su Amor y pedagogía forma parte de las cuatro novelas de 1902 –Camino de perfección de
Baroja, Sonata de otoño de Valle-Inclán y La voluntad de Azorín– que marcaron la «ruptura modernista». Poco apreciado entonces, su teatro, desnudo y filosófico, culmina en
La esfinge, La venda o El Otro. Su pensamiento se concreta en los ensayos En torno al casticismo, La agonía del cristianismo y, de manera capital, en Del sentimiento trágico de
la vida.
|