Existe una cábala teórica, abstracta, intelectual, que es lo que generalmente denominamos cábala a secas y la
asociamos a un complejísimo desarrollo de la estructura del Universo. Pero también contamos con una cábala
práctica, que juega con elementos de aplicación a la vida diaria.
Sin embargo, personalmente, la primera siempre acabó resultándome peligrosamente distractiva y la segunda
excesivamente engorrosa.
Un viejo axioma reza: «si es espiritual, es simple». He intentado reflejar esa simpleza en una visión que,
simplemente para diferenciarla, podríamos llamar «cábala vivencial». Siguiendo una orden interna, he tratado
de dar a luz el libro que me habría gustado leer hace años. No un libro para el erudito, atrincherado tras sus
pergaminos, ni para el místico absorto en sus fórmulas, permutaciones y símbolos, sino uno al que el combatiente
promedio pudiese recurrir en momentos de oscuridad existencial.
Sería muy pretencioso pretender «enseñar» al respecto. Creo que es más realista pensar en acompañar.
Que el luchador que busca la Verdad pueda mirar sus páginas y sentir que no es el único en el mundo que está
soportando, ahora mismo, el peso de esta carrera contra la oscuridad en el mundo. Que pudiera decir: «a mí
también me pasa». En gran medida, es mi propia bitácora, ofrecida como cuaderno de apuntes para el camino de
cada uno y si se quiere, como forma de consuelo. Si puede servir para que el guerrero de Luz coja fuerzas para
transformarse y así transformar al mundo (facilitar el tikún Olam), más que estas humildes páginas, mi propia
vida y su contenido de alegrías y sufrimiento habrán adquirido un bello propósito.
AUTOR
Nací en Montevideo
(Uruguay) en 1966. Desde
los diez años ya asustaba a
mi madre preguntándole
sobre el significado de la
vida. A los 17 abandoné la
Escuela Naval para
decidirme por el arte.
Ilustración, diseño, gráficos
para videojuegos, modelado
y animación 3d, edición de
vídeo, pintura al óleo,
creatividad publicitaria,
poco me quedó por
explorar. Artista marcial
desde los catorce años,
dirijo la Escuela Pai Hu de
artes marciales chinas, como
también el arte de la defensa
personal. Ex músico de
rock, ahora bluesman,
humilde compositor jugando
con la poesía del Delta del
Mississipi. En el 2003 emigré
a España, sin saber que en
realidad volvía a mi Sefarad.
El destino me llevó de vivir
del arte, a la urgente
necesidad de desentrañar el
arte de la vida.
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